Ingenua, tierna y cambiante; el viento marca mi destino. Metamorfosis de un corazón y un alma.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Un hogar




Este "drabble" fue escrito para el consurso de la reunión "Can U Smile Bunny Boy" por Proyecto SHINee. 
Espero les guste tanto como a mí escribirlo ^^





Un hogar


5:45am
El reloj suena insistentemente a un lado de mi cama, lo ignoro, no he podido dormir de todas formas. El cuarto se encuentra casi en penumbras, apenas iluminado por la luz de mesa. Apago de un manotazo el molesto sonido, me siento cansado y un dolor punzante indica el comienzo de una migraña, masajeo los costados intentando controlarla; decido apagar la lámpara también, quedando a obscuras. Hace frío y puedo escuchar como la lluvia golpetea contra la ventana, tal parece que el clima también se sentía triste ese día.

Dejo pasar el tiempo arrullado por la lluvia, viendo el pulcro color blanco del techo, creando figuras en su rugosa superficie; quería mantener mi mente ocupada, alejada de todo pensamiento, de cualquier recuerdo. Había prometido ser fuerte, comprensivo, pero era tan difícil.

Un par de toques en la puerta llaman mi atención. No respondo, aun así puedo escuchar como la puerta se abre y como una figura delgada entra, titubea un poco antes de decidir acostarse a un lado mío. El olor entre dulce y cítricos delata quien es.

— ¿Qué haces aquí TaeMin?

— Tu alarma me despertó y escuché que llovía, por eso quise hacerte compañía. ¿Te molesta?

Volteo a verlo, sus ojos denotan preocupación y al igual que los míos, parecía no haber descansado adecuadamente. Hago un ademan en negativa mientras abro mis brazos para que se acomode entre ellos. Nuestra relación siempre ha sido así, siendo los más jóvenes había cierta química y complicidad, como si de hermanos sanguíneos se tratase. Y él mejor que nadie, podía ver la tristeza que corroía mi ser en esos momentos. Sin embargo, no dice nada, solo me abraza, comprendiendo que no quería hablar del tema.

Podemos escuchar como los demás miembros inician su día, esa mañana sería bastante agitada, todos tenían alguna actividad agendada y por lo tanto no podrían acompañarme. Me abrazo más a TaeMin antes de besarlo en la frente y alejarme de él.

—Es hora de levantarnos, también tienes que salir.

—Puedo llamar a hyung y decirle que cancele mis citas hoy…

—No. Esto debo afrontarlo solo. De nada me serviría estar con alguien si él se irá de todas formas.

—MinHo…

Al voltear sonrío sin dejar visible mi mirada, esta siempre me delataba, era como una ventana a mi alma, logrando leerme fácilmente en ella.

—Estaré bien, no te preocupes.

TaeMin asiente mientras se levanta de la cama, al llegar a la puerta se detiene antes de decir.

—Recuerda que el tiempo pasa rápido.

—Lo sé…

Tiempo

Precisamente es lo que menos tengo. El término es tan ambiguo y más tratándose de ChangMin, puede ser pesado y largo cuando no estoy con él; y completamente contrario al estar a su lado: tan rápido, efímero y vertiginoso.

Suspiro.

Lo mejor sería tomar un baño caliente, quizás, también logre calentar mi corazón.

7:23am
He intentado desayunar, pero no pude tomar algo más que un café sin azúcar.

Cómo a él le gusta

—¡Basta!

Aquella vocecita en mi cabeza no me ha dejado en paz desde la noche anterior, desde que dejé  a ChangMin solo en su departamento y me refugié  en mi habitación  como un adolescente suele hacerlo.

Tengo 25 años y debería estar a la altura de la situación, después de todo, yo también tendré que partir en unos años más. Pero es tan fácil  decirlo...

Observo el reloj de pared con detenimiento, la hora indicada para su entrada era al medio día y yo seguía sin moverme del departamento; el punto de reunión para partir a Nonsan no quedaba muy lejos, pero aún me debatía el ir o no.

El sonido de mi móvil  marca una llamada perdida. Se que es ChangMin por el tono, pero no me digno a contestar; al contrario, me apretujo más entre las cobijas y el almohadón del sofá. El frío invade mi ser cada vez más.

9:12 am
Al parecer el cansancio pudo comigo y me quedé dormido. El sol entra por completo a través de la ventana dando justo en mi cara.  Entrecierro mis ojos intentando que la luz no los lastime; me siento correctamente en el sillón  cubriendome el rostro con las manos tratando de despertarme completamente.

—Luces cansado. ¿Quieres una taza de café?

La voz de Kyuhyun me sobresalta desde la cocina, lleva consigo una taza, la cual me ofrece al acercarse. 

Aún sorprendido la acepto.

—¿Qué haces aquí?

—Me cansé de esperarte en la entrada, tampoco contestabas mis llamadas así que entre por la ventana. 

—Es un octavo piso.

Kyuhyun sonríe, haciendo un gesto con sus brazos como si no supiera de qué le hablaba. Sin embargo,  se pone serio poco después, manteniendo la mirada fija en mí.

—¿Piensas ir?

—No... No lo sé...

—Bien.

Enseguida se levanta y camina hacia la entrada sin dirigirme ni una vez la vista.

—Estaré abajo cinco minutos más. No demores mucho o me iré.— Hace un ademán  de salir. —Él quiere verte, MinHo.

Aquellas palabras hacen que un calorcillo recorra mi pecho extendiéndose en pocos segundos a todo mi cuerpo.

De manera inmediata corro a mi habitación, vistiendo lo primero que encuentro en el closet. Algo más tranquilo trato de arreglar mi cabello frente al espejo, es cuando noto la palidez de mi rostro y las marcadas ojeras debajo de mis ojos. Sin tiempo de hacer algo más por mi apariencia me pongo una gorra negra y lentes oscuros.

Comienzo a correr de nueva cuenta al ascensor,  rezando porque Kyuhyun aún estuviera esperándome en la entrada.

—Tardaste menos de lo que creí. —El castaño me esperaba recargado sobre su auto, una sonrisa traviesa surca su rostro. —Eres tan fácil de persuadir cuando se trata de él.  Esto mismo pasó  cuando te dijimos lo de "Something". Aunque sigo sin saber como fue que te convenció.

—Eso no te incumbe, hyung.

—Juntarte tanto con ChangMin te ha afectado, ya no eres mi adorable maknae de antes.

Saco la lengua burlándome de él. 

—Hay  manías que se pegan.
Subo sin más al automóvi, esperando que el mayor hiciera lo mismo. 

La melancolía que invadía mi ser poco a poco se desvanece,  tal vez,  si me comportaré como el adulto que soy.

10:56 am
Nos han dejado a solas en una habitación bastante pequeña.  Al parecer, ya había hablado con todos los demás que nos esperaban afuera. 

Camino hasta él quedando frente a frente, nuestras miradas chocan, observando cada detalle de nuestros rostros. No falta decir nada, nos conocemos lo suficiente para saber que estamos arrepentidos por las palabras dichas la noche anterior.

Me abraza escondiendo su rostro entre mi hombro y cuello; puedo escucharlo respirar profundamente.

Cierro mis ojos e inhalo su aroma, mi cuerpo se relaja de forma inmediata, aun así, puedo sentir el cálido recorrido de las lágrimas sobre mis mejillas. Era imposible no llorar estando con él.

Lo extrañaré tanto.

—Eres un bobo.

—Lo siento.

ChangMin sonríe mientras reparte pequeños besos sobre mi cara, limpia mis lágrimas con sus pulgares. Él no llora pero su mirada se encuentra rojiza.

—Ya es hora.

Asiento débilmente intentando alejarme, pero él me lo impide abrazándome de nueva cuenta. Deposita un suave beso en mis labios y frente.

De su chaqueta saca una pequeña caja color negro, de donde extrae una cadenilla color plata. La pasa  sobre mi cabeza quedando colgada a mi cuello.

A la mitad hay un colguije de peculiar forma, era un anillo con una cadena de oro a su alrededor. A pesar de ser sencillo, era muy hermoso.

Volteo a verlo confundido, él guiña el ojo mientras susurra algo a mi oído, antes de  alejarse y abrir la puerta; me hace una seña para salir primero.

Saludo de manera tímida a su familia, sigo cohibido por mi apariencia en ese momento, aún tengo los ojos hinchados por llorar. Su madre sonríe comprensiva palmeando amablemente mi espalda, intentando reconfortarme; después  voltea a su hijo, intercambian pocas palabras que no alcanzo a escuchar.

Poco después, toma del suelo una mochila negra, se le nota nervioso, pero sé que se divertirá allí dentro, siempre le han gustado los retos después de todo.

12:15pm
Las personas se van dispersando, los reclutas ya habían entrado; es cuando Kyuhyun se acerca a mí ofreciéndose a llevarme al departamento. Al estar a mi lado un pequeño brillo le llama la atención.

—¿Y eso? Parece que alguien se aficionó demasiado al Señor de los Anillos.

—Es una promesa.

—¿Una promesa?

Volteo a verlo con una sonrisa enorme en mi rostro, aquellas que solo el morocho podía sacar. Respondo a su pregunta con otra.

—¿Sabes de alguna buena inmobiliaria?

Busca un lugar al cual podamos llamar hogar


0 comentarios:

Publicar un comentario

© Ivanna Hwang, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena